Qué ver en Albania: Imprescindibles en 7 días

Desde hace algunos años, Albania se ha convertido en un destino de moda, sobre todo, por sus playas caribeñas y los bajos precios.

Pero este país no es solo la Riviera Albanesa y sus aguas turquesas (que sí, realmente son increíbles). Los pequeños pueblos que parecen pertenecer a otra época y la amabilidad de su gente es lo que realmente nos ha ganado el corazón.

Nuestro viaje consistió en un roadtrip de 8 días, donde intentamos recorrer el país entero, pero debo decir que nos falto tiempo, y la zona norte no pudimos visitarla como nos hubiera gustado. Aunque nos lo reservamos para el futuro en un viaje combinado con Montenegro.

Si no tienes muy claro cuántos días dedicar a este país, creo que la duración perfecta serían 10 días, aunque si no dispones de tanto tiempo con 7 días podrías visitar los lugares imprescindibles. Te los contamos a continuación.

Qué ver en Albania en 7 días

Día 1 – Tirana

Tirana es una ciudad que ha cambiando mucho en los últimos años, y aún hoy sigue evolucionando. Es pequeña y se puede visitar en un solo día.

Lo primero que hicimos fue reservar un free tour para tener una idea general de la capital albanesa, y después profundizar más en los lugares que nos parecieron más especiales. Es algo que siempre nos gusta hacer en cada viaje.

Para nosotras, los imprescindibles de la ciudad son la visita a uno de los bunkers ( fuimos al más céntrico), la plaza Skanderbeg,  y sus coloridos edificios. También, pasear por su mercado y hacer una parada en una cafetería preciosa, Kometti, que tiene un interior y un jardín decorados de forma espectacular.

Os contamos todo lo que ver en la capital albanesa en este post.

Día 2 – De Tirana a Berat

Este día nos levantamos temprano y decidimos visitar la montaña de Tirana. Una vez allí, un funicular te sube hasta la cima donde hay un pequeño resort con varias actividades. La verdad es que no lo recomiendo, ya que lo mejor son las vistas desde el telecabina pero arriba no hay mucho que hacer y no es precisamente barato.

Después nos dirigimos a Berat, uno de los pueblos más famosos de Albania.

Berat

Esta pequeña ciudad de piedra atravesada por el río Osumi es uno de los reclamos turísticos más fuertes del país. Sus casas otomanas en disposición a su valle fluvial le otorgan el nombre de “la ciudad de las mil ventanas”.

Nosotros lo primero que hicimos al llegar fue dirigirnos a la zona del castillo, en lo alto de la ciudad. Allí dimos un largo paseo por sus calles empedradas y paramos a comer en un restaurante de comida local.

Hay que tener en cuenta que toda la ciudadela es peatonal pero el coche se puede aparcar a la entrada. Otra opción es subir andando desde el pueblo, pero es bastante empinado y se necesita tener algo de forma física.

Habíamos oído que costaba dinero entrar, pero puede que al ser fuera de temporada alta (mayo) no se aplicará ningún tipo de tarifa.

Una vez dentro nos dirigimos a las ruinas del castillo, observamos las increíbles vistas de la ciudad y entramos a uno de los museos más importantes de Albania, el museo de Iconografía Onufri. El precio son 400 lekes. (3,50€)

En la ciudadela estuvimos unas 3-4 horas (con parada para comer) y con ese tiempo, si solo vas a pasar un día en la ciudad, es más que suficiente. Por la tarde bajamos hasta el casco antiguo situado a la orilla del río para disfrutar de su atardecer.

El valle del río que atraviesa Berat divide la ciudad en dos recintos: Mangalem (Mangalemi) y Gorica, que en el pasado formaban los barrios musulmán y cristiano.

Mangalem es el barrio más grande y donde se encuentran las casas que suben lentamente por la ladera y le dan ese nombre característico a la ciudad. Un paseo por sus callejones laberínticos y sus iglesias ortodoxas es un imprescindible. Pero a la hora de ver el atardecer, os aconsejo cruzar el río hacía el barrio cristiano y desde una de sus terrazas observar la inmensidad de Berat.

No hicimos noche en Berat, pero si tienes tiempo pasar al menos una noche es muy recomendable, porque los edificios cierran muy pronto y en alguno de ellos no pudimos entrar.

Dia 3 – Cañones de Osumi y Rafting

Pasamos la noche en un hotel de montaña donde nos despertamos con unas vistas al valle de Osumi preciosas. Ese día teníamos contratada una excursión para hacer rafting por el cañón.

La experiencia fue muy divertida, los guías eran muy simpáticos, aunque algo cara. Debido a la sequía no había mucho agua. Duró unas 2 horas.

Algo que no hicimos por falta de tiempo fue visitar la cascada de  Bogove. Era una caminata de 40 minutos para llegar a las piscinas de roca desde la carretera principal. Allí hay varias pozas donde se puede nadar, pero según nos dijeron el agua esta muy fría.

Por la tarde emprendimos nuestro viaje a la Riviera Albanesa, parando en algunos pueblecitos de la montaña con mucho encanto.

Día 4  – Riviera Albanesa (Ksamil)

El viaje desde Osumi hasta la Riviera Albanesa fue algo largo porque solo hay una carretera que te hace volver casi hasta Tirana. Hay que tener cuidado porque en Google Maps te indican que hay otras carreteras, pero los locales de allí nos dijeron que eran caminos sin asfaltar por la montaña bastante peligrosos.  Nuestro hotel se encontraba en Sarande.

Esta ciudad no tiene mucho que ver, aunque si quieres salir de fiesta es el sitio ideal. También para cenar en uno de sus múltiples restaurantes situados en el paseo marítimo.

Llegamos tarde al hotel, cenamos y nos fuimos a dormir. Al día siguiente, nos dirigimos hacia Ksamil.

Ksamil es un pueblo bastante pequeño y la principal atracción es el mar. Así que lo primero que hicimos fue visitar una de las numerosas playas que se encuentran por la zona.

La playa de Ksamil, una de las más populares ya que se encuentra dentro del pueblo, fue la elegida por varias razones. Es de fácil acceso (una de las pocas que lo es) y sus aguas cristalinas nos enamoraron. Aunque hay que tener en cuenta que  en la mayoría de playas de Albania necesitas alquilar una sombrilla para poder estar allí.

El precio no es muy caro y al ser playas de rocas, poder tener una tumbona se agradece. A nosotros nos costó 10€ todo el día una sombrilla con dos hamacas. Aunque en verano hemos oído que este precio puede incrementar hasta los 50€.

Enfrente de esta playa hay 4 islas que se pueden visitar en Kayak, y eso es lo que hicimos. El precio fue de 8€ una hora en un kayak de dos personas. Os lo recomiendo totalmente para poder explorar más estás islas y darte un baño alejado de las grandes masas de gente.

Por la tarde visitamos las ruinas de Butrint, dentro del parque nacional del mismo nombre. Allí se pueden observar las ruinas de las impresionantes obras de los antiguos griegos, los romanos y el Imperio Otomano mientras se contempla el mar al fondo.

El principal atractivo del parque es la Ciudad Antigua de Butrint con el castillo, el anfiteatro y los restos de la muralla.

El precio es de 1000 lekes (9€) y el tiempo que le dedicaría sería entre 1 hora y media hasta 3 horas.

Día 5 – Playas y Girokaster

El día siguiente lo dedicamos a conocer otras playas, en este post puedes ver las que más nos gustaron y cuáles no recomendamos. Por la tarde, nos dirigimos a Gjirokaster.

Gjirokaster es una ciudad de la UNESCO ubicada a una hora y media de Ksamil. El casco antiguo es conocido por sus casas de piedra otomanas y su arquitectura.

Si solo le vas a dedicar una tarde como nosotros, te recomendamos visitar una de las casas otomanas que se han convertido en museos, donde se muestra como era la vida en el siglo XVII. En el interior, los dormitorios, las habitaciones de invitados y los hammams están entretejidos por una red de pasillos y puertas secretas decorados con telas tradicionales albanesas.

Hay 3 casas que se pueden visitar actualmente, nosotros nos decantamos por Zekate House, ya que es la única que tiene dos torres y se encuentra en lo alto de la ciudad. Además el señor que cuida la casa es majísimo y te responde todas las dudas que tengas. El precio es de 200 lekes (1,8€).

Los otros lugares imprescindibles de la ciudad, son el bazar, perfecto para comprar algunos recuerdos de Albania, la mezquita que se encuentra a la entrada del bazar y el castillo. Aunque nosotros no subimos ya que estaba algo alejado y no teníamos tanto tiempo.

Día 6 – Himare

Nuestro último día en la Riviera Albanesa donde emprendimos el viaje de regreso a Tirana. La mañana la pasamos en una playa de Himare.

Este pueblo aún no ha sucumbido a las masas turísticas como Ksamil o Sarande, quizá porque la carretera hasta allí es algo complicada pero con unas vistas preciosas por la montaña.

Durante el camino nos encontramos con un bar muy popular ya que su terraza esta atravesada por unas cascadas, lo que le da un encanto único. Pensábamos parar a desayunar allí, pero estaba lleno de autobuses con turistas, así que hicimos unas fotos y continuamos con nuestra ruta.

Allí nos dirigimos a playa Livadhia, clasificada como una de las más bonitas de la Riviera albanesa. Pasamos casi todo el día y comimos en el chiringuito de la zona, para poder hacer uso de sus hamacas de forma gratuita.

Por la noche nos dirigimos a dormir a Vlore. Aunque no vimos mucho, parece una ciudad más industrial, aunque también cuenta con zonas de playa mucho menos turísticas.

Dimos un paseo por el casco antiguo que ha sido renovado en los últimos años y cuenta con terrazas y bares muy bonitos donde tomar algo.  También visitamos el Monumento a la Independencia y la Mezquita Muradie.

Día 7 – Vuelta a Tirana y Krujë

Nos levantamos temprano ya que queríamos visitar un monasterio que nos habían recomendado  y la ciudad de Krujë, o Kruja, un poco más al norte de Tirana.

El monasterio de Ardenica, aunque pequeño, merece totalmente la pena, sobre todo por el interior lleno de frescos de gran valor conservados perfectamente. Allí te dan una pequeña guía en tu idioma para que conozcas la historia.

Después llegamos a Krujë. Este pequeño pueblo, ubicado a los pies de los Alpes albaneses, fue el epicentro de la independencia de Albania del Imperio Otomano.

En sus calles todavía se conservan algunos lugares históricos como el castillo en lo alto de la ciudad, o su bazar, uno de los más antiguos del país.

Para terminar el viaje, comimos a los pies del castillo en uno de los restaurantes tradicionales que se sitúan en la montaña con vistas a todo el valle. Allí probamos el famoso plato a base de pollo con salsa de almendra servido en una cazuela de barro que esta muy bueno.

Sin duda alguna, os recomiendo visitar este pueblo, ya sea a vuestra llegada a Albania o al finalizar vuestro viaje como hicimos nosotros. Es totalmente diferente a lo que se ve en la Riviera Albanesa y  muy auténtico.

Después llegó el momento de despedirse de este precioso país y prometernos que volveremos para explorar más el norte y su zona montañosa.